Para este coctel me acordé del típico destornillador, hecho de vodka y zumo de naranja. Y como quería darle “una vuelta de tuerca” quise probarlo con zumo de mandarina (de la misma familia que la naranja, pero dando un toque mas exótico) y decidí hacer cierta mención al destornillador en su honor, poniéndole el nombre que lleva, raro a la vista, pues está mal escrito, pero también raro al sabor, ya que es diferente.
Ingredientes:
Preparación:
Cogemos la coctelera y le ponemos ¾ partes de hielo. Luego añadimos 3 onzas de vodka y el zumo de 3 mandarinas (previamente colado).
Se agita hasta que la coctelera esté fría y se sirve en un vaso de trago largo, adornándolo como se quiera.
Es un coctel que entra muy suave por la garganta. Al principio no notas el sabor del vodka, solo notas la mandarina, pero cuando tragas el gusto que queda en la boca y la garganta es de vodka, llegando a ser bastante agradable.
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